Todo ha vuelto a la
normalidad de la vida estudiantil. Cuando por diciembre se nos
presentaban las vacaciones, el proyecto era rico y lleno de objetivos.
Podemos decir: misión cumplida. Los jóvenes profesos han descansado
junto a su familia. Fray Jorge y fray Élfer subieron a Chota y nos
trajeron el verdor de la sierra y algo más. Fray Alberto estuvo en
Barquisimeto ¡ah mundo, Barquisimeto!, después de tres años. Conoció a
su sobrina y nos ha contado sus gracias.
Los sacerdotes aquí en
casa, llevando "el peso del horario y de la liturgia", que diría el
fraile riojano. Pero han hecho algo más. El padre Ricardo ha dirigido
los ejercicios espirituales de las hermanas mercedarias de la Caridad,
en la Molina; el padre Ignacio ha hecho lo mismo, con las hermanas
misioneras del Pilar y con las cuatro fraternidades de Lima. Amén de
atender a otras mil ocupaciones, que distraen y mantienen el cuerpo ágil
y gentil. Y por no dejar a nadie de la casa sin actividad, el padre Pepe
continúa regalando caramelos a todos a cuentos se le acercan, y rezando
el rosario por todos y cada uno de nosotros. Así que sus admiradores/as
exclaman "¡Oh, qué lindo, padre Pepito!
Entre los proyectos
para las vacaciones estaba el de cambiar el rostro del patio interior. A
ello hemos dedicado parte del mes de febrero. Se ha trabajado bien. La
casa se presenta más acogedora y deja ver mejor su volumen. Un
frailecito dice que vendrá a pasar un rato en el claustro para tomar un
vaso, porque el patio le recuerda el color de la taberna de Queirolo, la
que está enfrente de nuestra casa de Magdalena. Otro de los proyectos —a
punto ya de concluir— es remodelar la cocina; ya que hemos cambiado la
sopa centenaria por otras mil sopas y menús distintos, cambiemos el
contorno. Y en ello estamos. Faltan los últimos retoques.
Después de haber
descansado, menester es que volvamos a nuestros quehaceres. Los jóvenes
comenzaron el curso. Fray Alberto en la facultad de teología empezó el
día 17 de marzo; fray Jorge y fray Ëlfer tuvieron la apertura de curso
el día 24 de marzo. Los sacerdotes retornaron a sus quehaceres
habituales: el padre Ignacio sigue dictando clases a los estudiantes del
propedéutico en el seminario San Ezequiel; el padre Ricardo volverá a
dirigir este semestre un taller de oración en el Iset, y ambos
continuarán en colegio Santa Rita atendiendo tanto a los alumnos como a
los profesores en lo que sea menester.
Se ha iniciado también
la catequesis en Santa Anita. Hemos vuelto a vivir más de cerca los
problemas de los niños y de los jóvenes. Los profesos andan de
programación con organigramas, cronogramas, objetivos, medios, dinámicas
y evaluaciones.
El Corresponsal.