PERU
Accidente aéreo
Si en nuestra crónica
anterior celebrábamos el reinicio del servicio aéreo hasta Chachapoyas,
ahora tenemos que lamentar el trágico accidente el 9 de enero, a cuatro
minutos de su esperado aterrizaje. Nos enteramos en Bagua, donde
estábamos los padres Antonio Aransay y José Jiménez de Jubera por el
trabajo de Caritas. Al anochecer monseñor Emiliano regresaba de Luya,
adonde había ido para colaborar en búsqueda de los posibles
sobrevivientes. Emocionante resultó la misa de exequias presidida por
monseñor Emiliano Cisneros, con la presencia de tres ministros del
gobierno, autoridades regionales y locales, población en general y
muchos familiares de los fallecidos. Ocho días después, la parroquia
organizó en el coliseo de la ciudad una celebración eucarística, en la
que participaron varios miles de personas, algunas llegadas expresamente
de Lima.
La tragedia ha causado
mucho dolor no sólo en las familias, sino también en la población en
general. Entre los cuarenta y seis fallecidos había algunos extranjeros,
pero la mayoría eran nacidos o trabajaban en la zona, y algunos eran muy
queridos por la labor social que como profesionales de la salud venían
realizando, como los tres médicos que prestaban apoyo a la pastoral de
la salud de la parroquia.
Posteriormente nos ha
tocado firmar un pronunciamiento diciendo que el aeropuerto de la ciudad
de Chachapoyas reúne las condiciones para su operatividad, y que en este
caso el fallo había sido humano, tal como lo habían expresado pilotos
experimentados en la aviación civil peruana, e incluso el mismo señor
presidente de la república.
Para que nadie tenga
dudas y se anime a hacernos alguna visita, digamos que el actual
aeropuerto de Chachapoyas cuenta con veinte años de funcionamiento, y
que no ha habido víctima alguna en sus más de seis mil operaciones de
despegue y aterrizaje. Reúne las adecuadas condiciones de operatividad:
se ubica en una zona que desde el aire es visible a mucha distancia, y
no hay montañas o cerros que dificulten el acceso de aeronaves
comerciales o privadas; cuenta además con el sistema VOR, que permite
tener contacto con cualquier aeronave que cruza entre Amazonas,
Lambayeque, Piura y Tumbes.
Noticias varias
El mes de febrero lo
iniciamos bendiciendo las diez aulas propias de la universidad Toribio
Rodríguez de Mendoza, que hasta la fecha ha venido funcionando en
locales cedidos por instituciones. A la vez se viene construyendo a buen
ritmo la ciudad universitaria: los trabajos ya están acabando el tercer
piso del primer pabellón. Otra noticia buena es que ya han comenzado los
trabajos de asfaltado de la carretera en el tramo desvío a Leymebamba-Chachapoyas.
Trabajamos según el
plan pastoral de la parroquia, que consiste en la edición y difusión
mensual de un tema religioso, con una tirada de cinco mil ejemplares,
que son distribuidos gratuitamente a las familias de la ciudad. De esta
manera se pretende que la feligresía conozca lo fundamental de la fe
católica, y no se deje arrastrar por la insidiosa y constante campaña de
las sectas.
Monseñor Emiliano ha
participado en la asamblea episcopal anual celebrada en Lima. Como
presidente reelecto de la comisión episcopal del clero, ha inaugurado y
clausurado el curso de formación permanente para sacerdotes.
El padre José Jiménez
cada día se siente más a gusto en Chachapoyas. Ha vivido, sin embargo,
la experiencia dolorosa de la pérdida de su padre. Nada más conocerse el
fallecimiento, había fieles orando por el difunto, y durante ocho días
distintos grupos de la parroquia se ocuparon de preparar la celebración
eucarística por el eterno descanso del señor Alfonso Jiménez de Jubera.
Las hermanitas de la
Anunciación, de fundación colombiana, llegaban oficialmente el 2 de
marzo a Limabamba, localidad de la provincia Rodríguez de Mendoza.
Fueron acogidas con mucha alegría, y hubo acto oficial en la
municipalidad. Hace dos años acompañamos igualmente a las religiosas
venezolanas dominicas de Santa Rosa a Huambo, localidad de la misma
provincia Rodríguez de Mendoza. Con estas dos comunidades el sur de la
diócesis se ha visto muy fortalecido pastoralmente.
El domingo, 9 de marzo,
se bendijo el cenotafio que la municipalidad ha erigido en recuerdo de
los fallecidos en el accidente aéreo: es un monumento esbelto, que
inspira transcendencia y a la vez recuerda a los difuntos. Ha sido un
acierto del gobierno municipal.
La diócesis de
Chachapoyas se dispone a celebrar los doscientos años. Su Santidad Pío
VII, con fecha 28 de mayo del año 1803, establece la diócesis de Mainas,
que comprendía lo que son los departamentos Amazonas, San Martín y
Loreto. Al pedido de monseñor Emiliano Cisneros por tal motivo, Juan
Pablo II ha otorgado que 2003-2004 en la diócesis de Chachapoyas sea año
jubilar. En la solemnidad de la Anunciación, el obispo diocesano ha
declarado abierto este periodo de gracias especiales para cuantos se
acerquen a la catedral e iglesias parroquiales de las provincias, con
las condiciones requeridas. En la misma celebración eucarística tres
jóvenes seminaristas de la diócesis han recibido el diaconado.
P. Antonio Aransay.