CHOTA.
VICARÍA DE PERÚ
Primera
fiesta patronal
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P.
Alfonso Lozano
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Primera
fiesta patronal
Tradicional
en todos los pueblos, comunidades e instituciones, en esta
parroquia Santa Mónica no podía ser la excepción: la primera
fiesta de la titular había que celebrarla con toda la solemnidad,
aunque dentro de la modestia de algo que está comenzando. Solemne
y participada sí que fue, y más de lo esperado.
Hemos
de confesar que había cierto miedo a que no hubiera mucha
asistencia por el hecho de ser la primera vez y no tener todavía
conciencia de parroquia. Sin embargo, sucedió todo lo contrario.
Después de pedir informes y sugerencias, pareció oportuno que
los grupos más comprometidos o relacionados con nosotros se
responsabilizaran de organizar cada día de la novena, y así
sucedió: los hermanos de las dos fraternidades seglares OAR, los
coros de la asociación de madres cristianas santa Mónica, los jóvenes
y niños del grupo Amor y Ciencia, la catequesis familiar, el
grupo de liturgia, Cáritas, la comunidad de base Inmaculada de
Chota, la asociación de defensa de derechos humanos, los talleres
de repostería, corte y confección, el coro de adultos y demás
fueron preparando cada día la celebración con un entusiasmo
digno de admirar y agradecer. Todos los detalles de la liturgia,
cantos, frases, moniciones y ofrendas llamaron la atención y
confirmaron que lo hacían con ilusión y esmero. De puertas
afuera, no faltaron las bandas de música, ni los cohetes, ni esas
atenciones delicadas de ofrecer chocolate, café, pastas,
bizcochos y tamales para los asistentes.
Si
las tardes de novena fueron un éxito, la fiesta grande no se quedó
atrás. Superó todas las expectativas, y era emocionante ver todo
el templo repleto de fieles parroquianos, de los grupos, del campo
y de toda la ciudad, sobre todo de los más cercanos a los
agustinos recoletos durante muchísimos años. Como huéspedes
especiales contamos a nuestros hermanos frailes de Huambos,
incluido el padre José Estebas, quien dos días antes había
regresado de estar con sus familiares. Con ellos y con los
sacerdotes diocesanos que están en Chota compartimos una comida
fraterna, en la que no falto algo recién llegado de la Madre
Patria.
La
fiesta de san Agustín resultó un tanto menos ruidosa; sin
embargo, también fue muy participada. Le tocó al padre José
Luis Untoria presentar a san Agustín como modelo de quien supera
una vida alejada de Dios para ser después el gran convertido y
defensor de la fe. Los grupos agustinianos nos brindaron un
almuerzo, signo de la gran amistad y fraternidad que existe entre
todos los miembros. Por nuestra parte, invitamos a las MAR, de
Cochabamba, y a las Esclavas, Clarisas y Siervas de Jesús, que
viven entre nosotros.
Esperamos
que, con la bendición de santa Mónica y san Agustín, cada año
aumente la participación, y hagamos todos una comunidad de fe
donde haya un solo corazón y una sola alma en Dios.
Cincuenta
años
Fue
el 5 de agosto de 1953 cuando el padre Pedro Senosiáin consiguió
lo que durante muchos años se había esperado en Chota: el
regreso a su templo de la imagen de la Virgen Patrona de Chota,
que a lo largo de setenta y un años había estado escondida,
después de que —por seguridad, dicen— hubiese sido retirada
del templo por miedo a que la quemaran durante la guerra con
Chile. Esa fecha quedó como acontecimiento inolvidable para el
alma chotana, y un revulsivo espiritual tras el recorrido por el
pueblo y comunidades campesinas, en las que participó muy
activamente el entonces párroco, padre José Arana.
Chota
ha querido celebrar con gran solemnidad los cincuenta años de
aquel día memorable. Para ello, según el plan pastoral de la
Prelatura, desde el comienzo del año ya se iban programando
actividades para que la "Patronita" recibiera la atención
y el honor que merece de sus hijos. Desde el comité central,
presidido por monseñor José Carmelo Martínez y en el que
participaron los párrocos y personas comprometidas en la fe,
todos se han volcado para que fuera una fiesta lo del
"reencuentro", y así fue. Los paisanos chotanos de las
ciudades de la costa no se quedaron atrás con sus celebraciones
previas y la peregrinación para estar con la
"Madrecita" y sus devotos en la fiesta. Se invitó también
a los responsables de Cutervo y de Anguía a que acompañaran con
las imágenes de sus patronas, la Virgen de la Asunción y la de
Los Dolores respectivamente, como titulares que son de los templos
donde se pueden conseguir las indulgencias en este Año Santo
Mariano nuestro y del Rosario. La primera imagen sí fue traída,
mas no la de Los Dolores, puesto que a última hora encontraron
inconvenientes. Fueron de novela los dimes y diretes en este
asunto debido a la oposición de los miembros de las cofradías.
En lugar de la de Anguía, trajeron la de la parroquia de Lajas.
Miles
de personas recibieron a las comitivas con sus imágenes, y miles
de chotanos les dimos la bienvenida. La manifestación de fe
resultó indescriptible esa tarde y, sobre todo, el día central
con las procesiones y la eucaristía en la plaza de toros, con una
participación que superaría las catorce mil almas dentro y muchísimos
devotos que debieron permanecer fuera por la imposibilidad de
entrar.
La
eucaristía fue presidida por monseñor José Carmelo Martínez.
Le acompañaban cuatro obispos: monseñor Emiliano Cisneros, de
Chachapoyas; los obispos de Cajamarca, de Huanuco y el de Juli,
nacido en el distrito de Querocoto; un gran número de sacerdotes
de toda la prelatura, y los agustinos recoletos que fueron párrocos
de Chota, padres Gregorio Martínez, Julián Montenegro, José Jiménez
de Jubera, José Miguel Lerena —actualmente, vicario en Perú—,
Ángel Herrán, así como los hermanos de Huambos. También nos
acompañó fray Gerardo Rimarachín, que hizo de diácono. Al
final de la ceremonia se realizó la coronación canónica de la
imagen. El Instituto Nacional de Cultura representó una obra
teatral sobre la historia de la imagen en Chota hasta recuperarla,
obra en la que el firmante de esta crónica desempeñó el papel
de "Padre Pedro Senosiáin" cuando llevaba a cabo los trámites
para rescatar la imagen, la presentaba al pueblo chotano y promovía
su culto y devoción entre los fieles.
Ha
sido un acontecimiento del que todos han quedado más que
satisfechos. Si hubo una renovación espiritual hace cincuenta años,
esperamos que suceda igualmente ahora con la bendición de nuestra
Patronita de Chota.
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43
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San José. Agustinos Recoletos 2003
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