SALAMANCA.
ESPAÑA
Curso
de renovación
|
P.
Jesús Lerena
|
Han
realizado el curso 9 religiosos de la provincia San Nicolás, 5 de
La Consolación, 2 de Santo Tomás; 2 de San José y 2 de San
Ezequiel. En total, 20 religiosos. El equipo directivo estaba
compuesto por un religioso de cada provincia participante.
Entre
los asistentes, había un provincial (San José) y dos
exprovinciales (San Nicolás y San Ezequiel). De ahí que en la
mesa redonda que se tuvo al final del curso hubiera alta
representación de todas las provincias presentes: tres
provinciales (Santo Tomás, San José y La Consolación) y dos
exprovinciales (San Nicolás y San Ezequiel). Días antes habíamos
recibido la visita del actual provincial de San Nicolás, padre
Rafael Mediavilla, quien también tuvo ocasión de ponernos al
corriente de su provincia. El curso fue clausurado por el prior
general, padre Javier Guerra, que presentó una ponencia sobre la
tercera edad. Después de cada una de las charlas se ofreció
ocasión para el diálogo, aspecto este destacable sobre las
reuniones en grupo, pues solamente hubo tres y una puesta en común.
En
cuanto a la edad de los participantes, la media fue de 57,55 años;
el mayor, hermano Patrick, tenía 75 años, y el más joven, 29 años,
el José María Sánchez, miembro del equipo. La mayoría no había
participado en ningún curso, al menos en Europa. Algunos lo habían
realizado en América.
Al
final se efectuó una evaluación general escrita y una puesta en
común. El resultado ha sido altamente positivo, aunque no faltan
opiniones que contrastan en determinados aspectos por parte de algún
participante. Las críticas al curso solían venir más de los que
hasta ahora no lo habían hecho, aunque a veces se oían voces de
que debiera ser algo más corto y quizá más intenso. También se
ha hablado de un curso que dé preferencia a la renovación,
entendiendo el término en sentido espiritual.
A
lo largo del curso celebramos con alegría la fecha de las bodas
de plata sacerdotales del padre Ángel Chamorro. Ha habido también
otros aniversarios, tanto de profesión religiosa como de
sacerdocio, de varios religiosos. No faltó el recuerdo del 7 de
julio, pues un buen grupo de religiosos era de Navarra. Aunque en
diferido, se pudieron ver todos los encierros pamplonicas. Otros
ratos de esparcimiento lo constituyeron las excursiones del sábado,
con un recorrido que satisfizo a todos, a juzgar por la nota que
obtuvo en la evaluación: la más alta de todas. Como es costumbre
en esta casa, el bosquecillo sirvió de marco inmejorable para
degustar en la última tarde una buena parrillada preparada al
toque por el padre Pedro Merino. El tiempo acompañó en este día
y en todo el curso, a excepción de la segunda semana, en la que
sentimos algo más el calor propio del verano.
Durante
el curso no estuvimos solos. Ello ha supuesto algún sacrificio en
cuanto a las habitaciones por la dispersión y la falta de baño
completo en algunas de ellas. Nos acompañaron, a veces con algo más
de ruido de lo normal, unos ochenta participantes en un curso de
inglés organizado por Feyda, así como otro grupo de treinta
personas —niños y monitores— de la parroquia madrileña Santa
Florentina durante dos semanas. Un año más han vivido en julio y
agosto con nosotros religiosos de otras provincias y religiosas de
congregaciones que trabajan en Andalucía, para seguir los curso
de formación del P. Rulla, sacerdote jesuita ya fallecido.
La
bella ciudad de Salamanca ha acogido una vez más un curso de
renovación. Quienes la conocían y los que sólo tenían
referencias de ella han quedado encantados de los edificios y de
la juventud que en verano y en invierno abarrota las calles. Pero
lo más sobresaliente ha sido el ambiente que ha reinado dentro de
la comunidad. No han faltado los juegos de mesa y de frontenis,
las conversaciones llenas de anécdotas y recuerdos, acompañadas
de una refrescante bebida en los recreos comunitarios. Y para anécdota,
el susto que pasaron en el barrio de Los Pizarrales dos miembros
del curso a los que se les fue un poco la lengua. A alguno le
recordó algo el ambiente de cierto barrio neoyorquino.
Como
resumen y conclusión de estas notas, valgan las palabras de la
carta de uno de los participantes en el curso: «Estoy convencido
de que el curso fue muy bien programado y llevado a cabo… Lo que
sí tengo presente es la responsabilidad de todos los cursillistas
de ser renovadores en nuestras comunidades respectivas locales.
Fue un cúmulo de reflexiones y de bienes espirituales que todos
podemos, si queremos, poner al servicio de los demás. Desde
luego, que la convivencia realizada durante el curso será
apetecida por tantas comunidades OAR de nuestros días».
Número
43
Página
principal
Portal
recoletos
Enlaces
Libro
de visitas
©
Recortes-2 digital
Provincia
San José. Agustinos Recoletos 2003
|