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Vicaría
de Perú
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P.
José MIguel Lerena
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Compartimos
con ustedes lo noticiable en estos tres meses marcados por las
ausencias de varios hermanos que han tenido la ocasión de visitar
a su familiares. Nos alegramos de que hayan disfrutado y de su
regreso con algunas "recuperaciones". Con los primeros
viajaron dos jóvenes, Fernando Mestanza y Nolberto Tarrillo, para
empezar el año de noviciado. Sabemos su buen ánimo en
Monteagudo, y les deseamos el progreso necesario para
comprometerse con el Señor. El 10 de agosto llegaban cuatro de
los cinco neoprofesos que habían emitido sus votos temporales en
el convento de San Millán de la Cogolla: nos alegramos por ellos
y por los de la comunidad del teologado de Lima, que se estaban
sintiendo muy solos. Lamentablemente, días después nos dejaba Élfer
Guevara, una vez finalizado el tiempo de profesión.
Las
celebraciones del cincuentenario de la recuperación de la Virgen
de Chota, de las que encontrarán la crónica correspondiente,
pusieron en camino hacia allí a tres párrocos de Chota, los
padres Gregorio Martínez —después de veintidós años—, Julián
Montenegro y Ángel Herrán. Completaba el grupo el padre vicario.
Fray Gerardo Rimarachín se nos adelantó, dándonos tiempo en el
recorrido para conocer la capilla de Limoncarro, donde tienen como
patrón a nuestro Padre san Agustín en su decir; la nueva casa de
las misioneras del Pilar, en Llama, a los hermanos de Huambos, y
el centro pastoral de Cochabamba, donde se nos unió el padre
Francisco Hernáez, previo acuerdo sobre el manejo de la
camioneta.
Emotivos
los encuentros, de rodillas algunos; emocionante y clamorosa la
celebración, con la participación popular más nutrida que se
haya visto en Chota. Ni toreros ni nada; los que llenan de verdad
las plazas de toros del Perú son nuestros obispos, con perdón de
la Patrona, por supuesto. Por la noche quien hizo brotar aplausos
espontáneos fue el padre Alfonso Lozano, en el papel del padre
Pedro Senosián: "Esto se merece alguito".
Al
regreso, tuvimos tiempo para comprobar en Chiclayo el rápido
avance de las obras de los nuevos salones. Cuando vuelva el párroco
le podrán cantar: "Ya tienes tu casa nueva". Aunque en
tono menor, también acá, en San Ezequiel, hemos levantado un
poco más una de las paredes de la cancha, y nos estamos
preparando para competir con Titín.
Las
fiestas de san Ezequiel, con teatro incluido para los que nos
acompañaron por la noche, y de san Agustín, con sus triduos
correspondientes, nos reunieron en torno al altar y a la mesa a
los religiosos de Lima, terciarios, familiares y benefactores. La
celebración de santa Mónica estuvo dedicada a los miembros de
los coros de la asociación de madres cristianas santa Mónica.
Para facilitar la participación, se organizaron sendas
celebraciones en las parroquias Santa Rita de Casia y Santa María
Magdalena, se ofreció a las asistentes material de formación, y
se distribuyeron estampas de la santa. Ha arraigado y va extendiéndose
entre los fieles la devoción a san Ezequiel Moreno.
Frecuentemente nos solicitan estampas y medallas. Nos decidimos a
encargar ocho imágenes del santo, copias de la que se venera en
la capilla del seminario del que es titular.
Con
profundo dolor recibimos la noticia del fallecimiento del padre
Manuel Acarreta. Debido a la necesidad de personal en el colegio
de Salamanca, ha sido destinado a éste el padre Gregorio Sancho,
que formaba parte de la comunidad Santa María Magdalena, en Lima.
Que el Señor le acompañe en su nuevo campo de trabajo.
Aprovechando
el tiempo de vacaciones, estuvieron unos días con nosotros los
padre Facundo Suárez y Juvel Zuluaga, de la provincia Nuestra Señora
de la Candelaria, que trabajan en La Serena, Chile. Les quedó
buen gusto del Perú. También nos acompañaron unos días, de
paso a Chota, Ester y Carmen, de la parroquia Santa Florentina, de
Madrid, que se llegaron hasta la misma comunidad de Utchuclachulit
—se aprendieron enseguida el nombre—, para estudiar posibles
proyectos de apoyo a esta comunidad.
Los
miembros de la fraternidad seglar agustino-recoleta se están
preparando intensamente para la fiesta de su patrona, santa
Magdalena de Nagasaki, en la que emitirán las promesas los nuevos
hermanos y las renovarán los demás.
Número
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