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Número  43 

ESPECIAL OTOÑO 2003

lunes, 06 de octubre de 2003

Celebramos los 125 años de presencia en el Monasterio de Yuso de San Millán

 

 

VICARÍA DE PERÚ

Santa María Magdalena

 

El corresponsal


Saludos para todos desde esta comunidad peculiar, como todas; la nuestra, con equilibrio de colores, con idas y venidas. Agosto vio por estos lares a seis religiosos en equilibrada interculturalidad: dos peruanos, dos venezolanos y dos españoles. Pero poco duró la fiesta. Llegaba en el mes agustiniano el profeso José Alberto Chong, y partía apresurado y dispuesto el padre Goyo. En dos años consecutivos, septiembre trae cambios en vísperas del día 11. El pasado salía el padre Jesús a Santa Rita; este año, el padre Goyo con destino Salamanca. Y entre idas y venidas no hay ordo que dure un año. El cuerpo que lo soporte lo ha puesto Goyo con las despedidas y atenciones de ultimo momento. La urgencia no daba para más. Las últimas horas para preparar la maleta, trabajando con nocturnidad, cuando suenan menos los teléfonos y las puertas de la casa. Además del grato recuerdo de su estancia, nos ha dejado un montón de folios, papeles y materiales. Y para que regrese, Charo, la empleada de la casa, aguardó un par de días para poner habitable el único cuarto nobiliario, con balcón a la calle. No quiso hacerlo de inmediato, pues según costumbre popular, el último ocupante ya no retorna. Que nadie piense en desalojo de inquilino precario. Bueno, Goyo, que vayan bien las cosas, y te acostumbres.  

 

Si de tareas hablamos, diremos que entre nosotros las hay ordinarias y extraordinarias, personales y comunitarias, previstas e inesperadas. En julio destacamos la fiesta patronal con el triduo correspondiente y el sonado bingo kermess; el primero con no mucha participación, y el segundo pletórico de regalos y colaboraciones. Agosto tiene membrete familiar: triduo a san Ezequiel y novena de ocho días a san Agustín —el primero era domingo—. En víspera de fiesta grande, celebramos con la asociación de madres cristianas santa Mónica de nuestra zona a su santa protectora. Iglesia llena y aliento para que ellas continúen su tarea. Septiembre es tiempo de boda. El Día de la familia —segundo domingo— catorce parejas contrajeron matrimonio religioso, comunitario y gratuito, que así se estila entre nosotros por estas fechas desde hace diecinueve años. La preparación venía de julio. Para fin de mes se juntan retiros y convivencias, jornadas y actividades. Están más cerca confirmaciones y primeras comuniones, llegan los cruces, las confesiones, los viajes cortos y las carreras. Hacemos de malabaristas para poder atender a todo.

 

 

También terminan en el trimestre los retiros programados con los alumnos de secundaria, y la escuela de padres, y los campamentos acostumbrados. Este año tres: Santa Eulalia, Lunahuaná y Calango fueron los destinos. Pablo estuvo en el último. Comprobó "in situ" el engreimiento de los padres y el menguado aporte de los hijos: ni para cargar un bulto o dorar sus propios panchos —perritos calientes—. Goyo asienta tiendas en Pachacámac para el encuentro JAR. Fin de semana movido con preparativos de campaña. Los científicos del futuro presentan en la "Agusticiencia" sus últimos inventos, dando paso a la creatividad y al ingenio. Y un poco antes, a primeros de julio, Juan de la Cruz y Pablo aprovechan unos días para visita rápida al Cusco. Volvieron contentos y encantados. No es para menos.

 

Y entre una cosa y otra, las pequeñas obras de cada día. En la parroquia se da un toque de cariño a la capilla del Santo Sepulcro, renovando hornacinas, frisos y pinturas. Alguno ha hecho de santo, pero en efigie no más. Nuevamente comprobamos que un poquito de adobe es medio camión de desmonte: el colegio remodela el baño de las alumnas, según programa de inicio de año; el espejo lunar tarda un poco más. No está cerca y los costos quieren ser elevados. Las alumnas, coquetas ellas, pasan ahora más tiempo en el lugar. Y hasta piden permiso en las clases para mejorar imagen. Generación de la publicidad.

 

Y, mientras todo esto sucede, nos alistamos para el último trimestre. Que con la ayuda de Dios terminemos bien el año.

 


 

 

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